Caí en mi ignorancia y pensé que aquella defensa a las estatuas escondidas del Campo Grande había llegado a su fin.
Pero el otro dia descubrí que habia caido en los engaños y la trampa del propio parque.
Una pequeña figurita,blanca,gastada por el tiempo y con marcas por el cuerpo de no haber tenido una vida facil a la intemperie.
El parque la protege de nosotros,pero no la esconde.Nos la deja a la vista porque sabe que nuestra vida es demasiado ajetreada como para caer en la cuenta que allí esta ella.
Tiene una mirada pensativa y el semblante sereno,esperando el paso del tiempo.
La abriga con su manto de hojas secas y amor.Ella se muestra cariñosa,siempre pendiente y vigilante para que no le pasa nada.Le recuerda todas las estaciones,cuando tiene que florecer y cuando tiene que deshacerse de sus hojas y flores marchitas.Todo su cariño se dispersa en flores que se deshojan en otoño y florecen en primavera.
Incluso vela por el trayéndole alimañas que habiten su vasto terreno.
Es su agua, es su rió y es su vida.Es árbol,es refugio y es abrigo.Es viento que mece las hojas y paseos de tardes inquietas.