Así se conoce en la mitología griega a las hijas de la oceánide Doris y de Nereo, el dios del mar. Entre otros autores, Homero y Apolodoro de Atenas las mencionan y, si bien no se ponen de acuerdo en su número exacto -por ejemplo, Hesíodo cita 50-, coinciden en que simbolizan los aspectos más amables del mar.