Miles de turistas llegan cada día a Salamanca para disfrutar de su enorme patrimonio arquitectónico, un tesoro que permite viajar en el tiempo y ver cómo luce desde su Puente Romano hasta la fachada plateresca de la Universidad, su Palacio Monterrey, su Catedral o su Plaza Mayor.
Miguel de Lis, el curtidor que levantó la terraza más bella de Salamanca.