El Huerto de Calisto y Melibea es un pequeño espacio ajardinado sobre la muralla que tiene unas hermosas vistas de las Catedrales y de la ribera del Tormes.
Se halla en el lugar en que se cree que Fernando de Rojas ubicó el lugar de encuentro de los protagonistas y escenario del trágico desenlace de la célebre novela La Celestina.
Debajo de su busto se lee una inscripción que dice: “Soy una vieja cual Dios me hizo, no peor que todas. Si bien o mal vivo, Dios es el testigo de mi corazón.”, palabras sacadas de la famosa obra literaria.