«Crear en Salamanca» se complace en publicar un trabajo sobre nuestro artista salmantino y universal Agustín Casillas, escultor, su obra se expone en la actualidad en el espacio cultural Torre de Anaya, un espacio recuperado para el Arte en Salamanca , que se reabre magnificamente son esta exposición, con motivo del centenario de su nacimiento
Fallecido hace cinco años, su obra forma parte de la identidad de Salamanca. Estudió dbujo en la Escuela de Bellas Artes de San Eloy y posteiormente en Arrtes y Oficios de Salamanca. En su extensa carrera como artista, fue distinguido con numerosos premios y reconocimientos, entre llos destacan el Primer Premio Nacional dee Escultura y el Primer Premio Regional de Escultura. Es Medalla de Oro de la Ciudad de Salamanca
La fascinación que ejerce Salamanca tanto en las personas que vienen de fuera como en sus moradores vive incardinada en sus artistas de tal manera que hace de su obra una obra Universal, proyectando la imagen a todo el Universo. Sus espacios y personajes habitan los sueños de los creadores y la ciudad que amontona melancolía se sobrepone y se eleva sobre los recuerdos y genera una obra que pervive en el tiempo
La Luz se manifiesta sobre la palabra y los silencios de sus rincones y hace de la Ciudad de Salamanca un espacio inmensamente habitable y humanizado.
Siempre he afirmado que Salamanca es una ciudad Interior porque su exterior es una manifestación de su interior, ambas ciudades y todas las que puedan existir en la ella están habitadas por las almas de aquellas personas que dejaron su huella para siempre en sus escritos, sus pinturas, su música, sus esculturas…
Almas como la del “Maestro”, Agustín Casillas que han hecho de la ciudad una Ciudad Museo en la que las miradas y lo mirado son una misma cosa.
Cuando conmemoramos el Centenario de su nacimiento podemos decir, sin equivocarnos que Agustín Casillas fue uno de esos artistas geniales, un auténtico embajador de la cultura salmantina. El amor por su tierra y su cercanía al pueblo de la que hacía gala hicieron que su taller en la Calle de la Paloma fuera un santuario en el que siempre permaneció y donde más feliz se hallaba.
Podemos imaginar las mil y una historias vitales que hay detrás de cada una de las piezas que llenan su taller y que sutilmente y con gran belleza se exponen en la Torre de Anaya. Desde el silencio todas, absolutamente todas hablan de una persona dotada de una gran sensibilidad y del gran amor que sentía por su tierra y sobre los que la habitamos “Lo que pretendo con mi obra es perpetuar tipos humanos que despierten interés” –dijo- y así es, hacer un recorrido por su obra es recuperar el sentir íntimo de amor por Salamanca y por los jardines secretos de su imaginación, proyectada en la ciudad de la memoria por la que caminamos alrededor de sus recuerdos que son los nuestros: El niño mira en su columna su avión que nunca partirá de sus manos y la Náyade que no abandonará su lecho de lágrimas. Nuestra nostalgia camina con Lázaro de Tormes por la orilla del río , mientras Europa sujeta el ímpetu del toro junto a los niños en la Alamedilla y la Celestina sigue con su intriga recordando a Melibea en el huerto de los encuentros, hoy también paseo para enamorados.
Si hacer un recorrido por nuestra ciudad es recuperar su sentir íntimo de amor por Salamanca, la exposición de la Torre de Anaya es la visión de su jardín secreto que nos trae a la armonía de su estudio-taller y a un viaje íntimo por su obra, que tan celosamente y con tanto mimo mantiene su familia
La exposición estará abierta hasta el 3 de Marzo, tras haber sido prorogada por el gran número de visitantes. Una gran oportunidad para conocer laobra de este artista genial
Texto y fotos de José Amador Martín
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